Criss Cross (1949)

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Dark Mirror (1946)

 

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The Killers (1946)

The Killers One Sheet Movie Poster

 

Black Sails (2014) «Piratas descafeinados»

 

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El mundo de la ficción Made in Usa lleva más de 60 años contándonos, desde la vetusta pantalla catódica, historias de policías patrulleros, mafiosos depresivos, espías con hijos en la edad del pavo, asesinos en serie sentados en sillones de piel de vaca, periodistas, políticos corruptos, fugitivos de la ley, vaqueros en el Far West, cárceles de alta seguridad, superhéroes, brujas, magos y un larguísimo etcétera. Hasta caballeros andantes en un mundo psicodélico entre la ficción y el medievo. Bien, llegados a esta ínsula del entretenimiento, nos encontramos con unos piratas en el Caribe de garfio, zarcillo y sable afilado. Black Sails es una de las últimas series que he visto y me quedado a dos velas —no precisamente negras—  más bien, grises y pidiendo oxígeno. El canal Starz junto al vidioclipero Michael Bay en la producción ejecutiva, de este carísimo entretenimiento, son responsables de una de las nuevas apuestas en la TV de cable de 2014. La idea parte del guionista Jon Steinberg, un tipo que dejó oficio en la interesante “Jericho” (2006), y de ahí que la decepción sea aún más profunda. La entrega de ocho episodios de una hora de duración está centrada en la edad de oro de la piratería entre el Caribe y el Atlántico. A modo de precuela, sobre la obra del ínclito Stevenson, se nos mezcla el drama y acción entre las bellas aguas del Caribe antillano. Gestándose una trama donde las expectativas, a priori, son mucho más decepcionantes de lo que apunta toda la tramoya del show.

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Es verdad, que transitan algunos personajes extraídos de la Isla del tesoro como el fascinante John Silver “el largo” pero la historia se le deja al protagonista  y  »héroe»; el Capitán Flint (interpretado por el inglés, Toby Stephens, actor que nos dejó un sabor agradable en aquella joya que se llamaba “Fotografiando Hadas” de Nick Willing en 1997 y ahora reconvertido en un actor de ficción BBC y Channel 4) jugando a feroz jefe de una camarillas de piratas, embarcados en un galeón versus la perla negra de Jerry Bruckheimer. La crítica del otro lado del charco llegó a establecer un paralelismo con la serie estandarte de la nueva HBO,  Game of Thrones. Todo es opinable. Visto y a toro pasado que diría el maestro Belmonte. Ver para creer. No soy fan de GOT, pero uno lleva mamando la HBO desde su primer combate de boxeo y la factura de los productos Made in HBO tienen un aroma entre lo más original y sublime de la historia de la TV. Ni tampoco  el  gran western de mediados del primer milenio, Deadwood. Es obvio, que las comparaciones son odiosas. Fetén. Ya quisieran en Starz que —los piratas tan fashion y sexuales de Black Sails— se parecieran un poquitín a aquellos films del ínclito Siodmak. No vamos quitarle al César lo que es suyo. Y la serie tiene los ingredientes idóneos para ser un clásico de la TV. Pero una cosa es querer y otra, no poder. Por mucho que la producción ejecutiva intente inyectar cierta complejidad a la premisa de arena/espadas junto a ese icono de sexo/acción. No es la fantástica Spartacus. No lo es, desgraciadamente. El drama encalla en la ambición de la ausencia de conocimientos básicos en la elaboración de una Biblia en condiciones.«Black Sails», es una mezcla empapada y ocasionalmente exasperante del cine de serie B (no del bueno, sino el aturullado y algunas veces casposo) desconcertante y poco prometedor. Luego no se sorprendan, porque hablando de aguas bravas llenas de tiburones, valga éste aviso a hipotéticos navegantes. Aunque sobre gustos, ya lo dijo el poeta Ovidio…

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El casting de BS tiene algunos aciertos como los actores de un peso específico en la nueva ficción televisiva, en particular Zach McGowan (lo recordarán de Shameless como el motero flipado y sus desnudos integrales por la casa de la agorofóbica Sheila Jackson/Joan Cusack) aquí convertido en el capitán Vane, rival de Stephens o Hakeem Kae-Kazim (Hotel Ruanda 2004 y Dafur 2009) como Mr. Scott; el maquinador del trapicheo junto a la chica,  Hannah New, (una conocida de los seguidores de A-3 por su papel de Rosalinda Fox en el tiempo de las costuras 2012) como Eleanor Guthrie, propietaria de la taberna local, la cual, acusa una ambigüedad algo difusa; provocando la ausencia de ese plus interpretativo. A la postre, es la hija de Richard Guthrie (interpretado por Sean Cameron Michael, Rectify 2013 o The Girl 2012), el empresario de azúcar y otras materias más rico de las Bahamas. Lo dicho, en ese intento por construir un material serio y adictivo entre diálogos sutiles, subtramas punzantes y nuevos personajes que le den continuidad. Al final, Black Sails se queda en los esquemas de la típica serie de tetosterona y aventuras, sin llegar a introducir, la suficiente dosis de complejidad moral y ambigüedad de los intérpretes. Partiendo de lo que sería algo que Stevenson hubiera hecho —a modo de esbozo— 30 años antes de escribir la Isla del Tesoro. Es muy frustrante, observar a Toby Stephens juguetear como el Capitán Flint anduviera en un casting de selección, para una producción teatral en Londres de El rey Lear. Él, que debería ser el alma crujiente del show adolece de chispa final, en su búsqueda del mítico y legendario tesoro del galeón español, Urca de Lima y hacer de este tesoro; el baluarte para crear en la Isla de Providence un reino de Piratas en mayúsculas. Sólo de piratas auténticos. Criminales sin orden ni reglas, aquí hechos unos zorros del estropicio. Una pena sobre todo por el nuevo Ceo de Starz y ex HBO, Chris Albrecht en este nuevo intento tan ambicioso pero muy lejos de su buque insignia; la magnífica Spartacus. Desde entonces no ha habido suerte ni con “Boss” ni la más que interesante, pero con los mismos defectos que Black Sails “Magic City” han estado a la altura de un halcón como lo ha sido y lo es Albrecht en su periplo por HBO. Desde los Soprano, The Wire, Carnivale o Deadwood. Y es que CA, sólo estaría pensando por qué no me cayó en las manos la propuesta de Michael Hirst, “Vikings” (2013) una serie que cumple con todas la carencias de este show. Black Sails ha renovado por una segunda temporada. Nota: 5,9